25/06/2005
Esta planta, de excelente olor, pero tóxica, tiene la capacidad de enredarse y crecer asociada muchas veces a otras plantas y arbustos, como las zarzas o los endrinos, con los que comparte el hábitat boscoso. Su flor es característica con sus cuatro sépalos, intentando hacerse pasar por pétalos, bien abiertos, soportando una gran colección de estambres. Cuando las flores y sépalos caen dejan esponjosos racimos de semillas con rabillos plumosos que se ven muchas veces colgando de las ramas de los árboles dónde habían trepado. Su capacidad enredadera ha servido a los humanos para utilizarlas como soporte para arenales y dunas, estabilizándolos.
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