17/07/2018
No me parece un nombre muy agraciado para esta planta. La verdad es que no había considerado nunca al Ruibarbo original, una poligonácea, como una planta de alguna exquisitez. Prefiero centrarme en el aspecto de esta Thalictrum, cuya especie es difícil de identificar pues puede fácilmente confundirse con otras como la T. flavum ssp. glaucum o la T. aquiligiifolium. Conviene entonces fijarse en las flores, solo sépalos bien agrupados, de color amarillo, y en sus hojas divididas y sinuosas, bien extendidas dando una gran frondosidad a la planta. En el prado donde la fotografié convivían varios ejemplares de gran porte asediados por un enjambre de abejas lo cual me causó una gran sensación de optimismo al mostrarse con plenitud la excelente adaptación de ambas especies la una a la otra, garantizándose mutuamente la supervivencia.
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