28/05/2005
Quien ha visto estas espigas flotar sobre el suelo, normalmente, fija su atención en ellas, aún no siendo alguien interesado en las plantas, no puede evitar dedicarles un instante, casi inconscientemente, como si quisiera fijarlas en la memoria. Y es que a decir verdad esta gramínea merece atención, por su especial diseño y su incesante titilar, aprovechando el más mínimo viento. Pero no hay que preocuparse si por un despiste pasamos cerca de ella sin verlas, su orgullosa presencia se hará notar, pues simplemente con rozaras nos devolverán un susurro crepitante que nos obligará a dedicarles una mirada.
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