16/03/2014
En los bosques mediterráneos es fácil encontrar este arbusto, reconocible por su frondosidad y sus pequeñas hojas aciculares. Sus flores, cuando aparecen en todo su esplendor, cubren todo el arbusto de un colorido blanco, dando la impresión de que hubiese nevado sobre él. Si agitamos las ramas crearemos una densa nube de polen, poco recomendable para alérgicos. Si nos fijamos en las florecillas es notablemente vistoso su sobresaliente pistilo, naciendo desde un fondo marrón-morado sobre el que se contrasta, con evidencia.
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