02/09/2017
En el Pirineo podemos encontrar, entre los acónitos, esta especie y el Aconitum burnatii. A mi me cuesta mucho distinguirlos, pero por lo que he ido consultando parece ser que es más acertado clarificarla como lo he hecho. Conocida también como matalobos, esta planta, al igual que sus congéneres posee una elevadísima toxicidad, capaz incluso de resultar peligrosa al tacto, y no digamos por ingestión. Es curioso que muchas de las especies más llamativas visualmente resulten tan peligrosas, hecho que también ocurre en el mundo animal. Es como si quisieran advertirnos de que importunar su presencia y protagonismo tiene consecuencias.
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