05/07/2016
Conocidísima planta que sorprende a algunos en este caso por tratarse también de una planta autóctona silvestre, a pesar de que donde más se observe sea en jardines y autopistas. En estado silvestre el color de sus flores es rosa, pudiendo derivar hacia el blanco. Su capacidad de florecer durante gran parte del año y su gran tamaño hace que sea una planta ornamental de primer orden. Pero hay que tener en cuenta que esconde un enemigo poderosísimo, la oleandrina, una toxina de tipo digitálico, de gran potencial alterador gastrointestinal, nervioso y cardíaco. Tan peligrosa es que no se vende al público. Tal vez la naturaleza nos da una segunda oportunidad con el hecho de que su sabor, dicen, es muy amargo, lo cual la hace poco apetecible para hombres y animales.
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