23/05/2004
Lo que siempre me ha sorprendido de esta planta es que puede tener tanto flores azules como naranjas. Desconozco los motivos de tan llamativo capricho ni cómo se decide que aparezcan flores de uno u otro color, pero si observáis con detenimiento la grácil simetría de estambres, pétalos y sépalos, os daréis cuenta que el conjunto es perfecto y que el color, en este caso, no deja de ser algo secundario. Se le ponga el color que se le ponga, el resultado siempre será el mismo: belleza.
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